Obras del Maestro de Cabestany, una iglesia gótica con un coro barroco y un claustro de estilo románico
La abadía está dedicada, desde su fundación en el siglo VIII, al culto de San Papoul, discípulo de San Sernin, el primer obispo de Toulouse.
En el siglo XI, la abadía obedecía a la orden de San Benito y pasaba un periodo de prosperidad gracias al monje Bérenger. Era un modelo de virtudes y se produjeron milagros en su tumba que atraerían a los peregrinos. En el siglo XII, después de haberse enriquecido, se decora la cabecera de la iglesia de la abadía por el Maestro de Cabestany, famoso taller de escultura románica de Languedoc.
En 1317, el papa Juan XXII crea el obispado de Saint Papoul, derivado de la fragmentación del de Toulouse. El abad se convierte en obispo y los monjes en canónigos. De 1317 a 1790, se sucedieron treinta y cuatro obispos en la sede episcopal (siete serían cardenales).
La abadía pasaría por tiempos difíciles cuando fue saqueada por los «caminantes» en 1361 y luego en 1412 por los borgoñones, y de nuevo en 1595 por los calvinistas. En los siglos XVII y XVIII se realizaron importantes restauraciones.
La época revolucionaria acaba con el obispado de Saint Papoul, la iglesia catedral se convierte en iglesia parroquial y su claustro es saqueado para la venta de sus elementos de mármol.
Hay que esperar hasta 1840, cuando se clasificó como Monumento Histórico, para que el municipio inicie la restauración.
El antiguo refectorio de los monjes alberga hoy una exposición permanente sobre las obras del Maestro de Cabestany. En este conjunto de moldes se puede observar su estilo tan característico, así como el gran número de obras producidas. Observe la huella del púlpito de los benedictinos disimulado en la pared.
A lo largo de sus galerías, el claustro presenta capiteles con motivos variados como vegetales o animales fantásticos, pasando por escenas historiadas. Las columnas de ladrillo o de piedra le aportan mucho encanto. En una capilla se encuentra una pila bautismal de mármol de Caunes-Minervois.
La iglesia, de estilo gótico meridional, ha sido restaurada en varias ocasiones. Su coro románico, redecorado en el siglo XVIII en estilo barroco, fue restaurado en 2003 y posee un gran baldaquino decorado con pan de oro.
Casas con entramados, una torre vigía... Piedras que guardan las huellas del tiempo.
Este pequeño pueblo al pie de la Montagne Noire debe su origen a la proximidad de la abadía benedictina en el siglo XIII. Puesto bajo el control del abad, se desarrolla un pequeño burgo protegido por un cinturón de murallas y puertas fortificadas. En el interior encontramos un laberinto de callejones llenos de casas con voladizos y entramados de madera.
Convertido en ciudad episcopal en 1317, el burgo es fortificado de nuevo dotándose de dos grandes torres que cerraban el acceso al interior del pueblo. La «tour des gardes» (torre vigía), todavía visible hoy, albergaba la prisión episcopal. Este edificio, de planta cuadrangular, cuenta con extrañas ventanas y aspilleras. En el lado del pueblo podrá ver una imagen de la Virgen con el Niño del siglo XVI, cuyo original se conserva en el refectorio de los monjes. El conjunto de la puerta, de estilo gótico, forma parte de los Monumentos Históricos desde 1926. El interior de la ciudad conserva casas notables: la «maison Lacapelle» (antiguo hospital del pueblo), que se remonta al 1610, en la rue Bombée, o la «maison de la Providence», que todavía posee un hermoso dintel del siglo XVIII. En la rue du Général d’Hautpoul podrá ver en la fachada de una casa una pieza tallada por el Maestro de Cabestany. Finalmente, el ayuntamiento se encuentra en una lonja que en su época fue el mercado cubierto.
A partir del siglo XVI, el pueblo experimenta una actividad próspera ligada a la extracción de arcilla y a la producción de cerámica común. En el siglo XIX, este sector se desarrolla con la creación de una gran fábrica de loza, famosa por sus platos octogonales. De manera paralela y hasta el siglo XX, también se produjeron ladrillos y azulejos. Hoy, el pueblo cuenta con unos 800 habitantes y su cantera de arcilla todavía está activa.